Se puede hablar de trauma en el idioma que se hablaba- es decir, en el idioma en que se era- en el momento del evento traumático? Pienso en Elie Wiesel quien, antes de Auschwitz, dominaba varios idiomas. Después de Auschwitz, dedicó un año a estudiar otra lengua, el francés, y en ella escribió su obra como desafío: “Quería demostrar que había entrado en una nueva época, probarme a mí mismo que estaba vivo, que había sobrevivido. Quería seguir siendo el mismo, pero dentro de otro paisaje”. Pienso: para narrar lo indecible Wiesel quería sobre todo desestabilizar la naturalidad con que hablaba las otras lenguas.
Pienso también en Olga Bernal, quien también cambió de paisaje lingüístico, posiblemente por las mismas razones. Primero pasó del checo al francés para escribir su obra crítica, y al final de su vida, cuando por alguna razón se sintió llamada a dar testimonio del trauma de los campos, volvió a cambiar: el francés se le había vuelto demasiado familiar.
O mejor dicho, cambió de modo de expresión: dejó la literatura por la escultura.
De su libro “Vivir entre lenguas”
Sylvia Molloy nació en Buenos Aires. Además de los ensayos: Poses de fin de siglo, Desbordes del género de la modernidad, Acto de presencia y Las letras de Borges, publicó el libro de relatos Varia Imaginación y las novelas: En breve cárcel, El común olvido y Desarticulaciones. Es coeditora de los libros: Women´s Writing in Latin America e Hispanism and Homosexualities. Profesora emérita de la Universidad de Nueva York, donde dirigió durante varios años el programa de escritura creativa en español.
Eliezer (Elie) Wiesel fue un escritor de lengua yiddish y francesa, de nacionalidad estadounidense, nacido en Rumania el 30 de setiembre de 1928. Subreviviente de los campos de concentración nazis. Dedicó toda su vida a escribir y a hablar sobre los horrores del Holocausto con la firme intención de evitar que se repita en el mundo una barbarie similar. Fallece el 2 de julio de 2016 en Nueva York.