La Biblioteca Nacional Mariano Moreno fue creada por un decreto de la Primera Junta de Gobierno, el 13 de setiembre de 1810 bajo el nombre de Biblioteca Pública de Buenos Aires. Su primera ubicación fue, durante dos años, en el edificio del Cabildo; en 1812 abre sus puertas al público en una sala del edificio que se encuentra en la esquina formada por las calles Moreno y Perú. Su primer material bibliográfico fue donado por instituciones como el Cabildo Eclesiástico y el Real Colegio de San Carlos, y varios particulares como Luis Chorroarín, Manuel Belgrano y el obispo Manuel Azamor Ramírez.
Mariano Moreno fue designado Protector de la Biblioteca en 1810, mientras que Cayetano Rodríguez y Saturnio Segurola fueron designados respectivamente primero y segundo bibliotecario. Luego de varios bibliotecarios, desde 1822 a 1828, Manuel Moreno, hermano de Mariano fue su Director. La biblioteca ya contaba con más de 17.000 volúmenes.
La Biblioteca pasó a depender de la Nación en el año 1884. El 5 de octubre fue designado José Antonio Wilde como primer Director Nacional, quien falleció poco después de asumir el cargo.
El 19 de enero de 1885 asume el cargo Paul Groussac quien permanece hasta el año 1929. Periodista, escritor, crítico, inspector de educación e historiador de origen francés. Durante los 44 años de gestión frente a la Biblioteca Nacional, contribuyó a la sistematización de la misma, creando un Catálogo Metódico; un Catálogo de documentos del Archivo de Indias; un Catálogo de revistas y periódicos y un Repertorio Cronológico y Alfabético del Catálogo de Documentos; también fundó dos publicaciones, La Biblioteca y Anales de la Biblioteca.
Durante su gestión el patrimonio bibliográfico aumentó significativamente y fue construida una nueva sede en el número 564 de la calle México. Esta sede tenía y tiene áreas de gran valor arquitectónico como lo que fuera la sala principal de lecturas públicas cubierta por una amplia cúpula y con boiseries y esculturas que representan a celebridades del positivismo de esa época; actualmente el edificio con algunas modificaciones ha sido reciclado y transformado en el Centro Nacional de la Música.
También debe destacarse la gestión del prestigioso escritor Jorge Luis Borges quien desempeñó el cargo de Director desde 1955 a 1973. Durante su desempeño promovió la construcción de nueva sede que era necesaria dado el amplio patrimonio con el que contaba la Biblioteca. En 1958, el Presidente Arturo Frondizi firmó el decreto 5512/58, adjudicando los fondos presupuestarios para la obra y creando una Comisión Honoraria presidida por Jorge Luis Borges que debería redactar el programa de necesidades para el futuro edificio. Se designaron por medio de la ley N°12.351 de 1960, tres hectáreas ubicadas entre las Avenidas del Libertador y Las Heras y las calles Agüero y Austria, donde hasta 1956 se levantó el Palacio Unzué.
La obra fue adjudicada mediante concurso nacional que cerró en abril de 1962. Fue elegido entre decenas de propuestas, el proyecto de los Arquitectos Clorinda Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga. La piedra fundacional del edificio fue colocada el 13 de octubre de 1971, once años después de la sanción de la Ley. Las obras avanzaron lentamente y detenidas a comienzos del año 1980, por la dictadura militar. Retomadas hacia fines de 1982, la Biblioteca Nacional pudo ser terminada gracias a un préstamo del Reino de España realizado en 1990 y fue inaugurada finalmente el 10 de abril de 1992. El material bibliográfico se terminó de trasladar el 21 de setiembre de 1993. El edificio cuenta con tres depósitos subterráneos: dos de ellos destinados a libros, que permiten depositar tres millones de libros, y uno destinado a guardar revistas y diarios, con una capacidad de quinientos mil ejemplares. Además, en el edificio funciona actualmente la Escuela Nacional de Bibliotecarios, fundada en 1956.
El edificio de la Biblioteca Nacional sigue siendo a los ojos de los porteños, un diseño controvertido, si bien es un gran ejemplo de diseño brutalista a nivel internacional, estilo surgido en los años 50 que se caracterizó por privilegiar las estructuras de hormigón armado dejadas a la vista y tratadas de forma escultórica. En esta construcción se ubicó a la sala de lectura como un gran mirador sobre el puerto de Buenos Aires y el Río de la Plata. La idea principal fue ubicar los depósitos del material en los subsuelos, crear alrededor una plaza pública y elevar al edificio sobre cuatro grandes columnas para permitir la vista libre. Diría Testa como si se tratase de un cuadrúpedo, un ser vivo.
Durante la obra de la Biblioteca Nacional ocurrieron grandes avances en el campo de la bibliotecología, como la llegada de la informática que permitió la digitalización de la consulta de los materiales, con lo cual el funcionamiento de una biblioteca cambiaría radicalmente.
El acervo bibliográfico de la Biblioteca Nacional está compuesto por un fondo general de libros de más de 900.000 volúmenes, 55.000 títulos de publicaciones periódicas (revistas y diarios), 30.000 fotografías y 1.500 negativos, 12.000 mapas, 300.000 partituras impresas, un fondo sonoro y discográfico de más de 70.000 piezas y una colección de 5.000 títulos de imágenes en movimiento en soportes analógicos y digitales y más de 90 fondos archivísticos. Además, se encuentra disponible para la consulta pública el Archivo Institucional Histórico, es decir, el fondo documental producido por la propia Biblioteca Nacional en el desarrollo de sus funciones y actividades a lo largo del tiempo.
Los incunables son los libros que surgieron desde la creación de la imprenta hasta principios del siglo XVI. La Biblioteca cuenta con 21, entre ellos:
De Civitate Dei, San Agustín. Venecia. Octaviano Seottii. 1486
La Divina Comedia, Dante Alighieri. Venecia. Octaviano Scoto da Monza. 1487
Hoja de la Biblia de Gutenberg. Estrasburgo. Gutemberg 1450. De incalculable valor pertenece al Deuteronomio de la primera Biblia que imprimió Gutenberg entre 1455 y 1460. Fue encuadernada en 1921 por el editor G. Wells, e incluye un ensayo de Edward Newton.
Moralia, Séneca. Venecia. Bernardino de Cremona y Simón de Luero. 1490.
Desde septiembre de 2016, la Biblioteca Nacional publica en formato impreso y digital, una agenda bimestral sobre sus actividades, llamada Cuaderno de la BN. Además, el Registro Nacional de Objetos Digitales (RODNA) concentra recursos digitales de bibliotecas, universidades, archivos y otros centros de documentación del país y los dispone a la consulta, constituyéndose de este modo en un portal que permite a los visitantes realizar búsquedas globales de estos recursos entre todas las instituciones participantes.
Para acceder en forma digital: bn.gov.ar