Diana Bellesi nace en Zavalla, Provincia de Santa Fe, Argentina, en 1946. Estudia Filosofía en la Universidad Nacional del Litoral y, entre 1969 y 1975 recorrió a pie el continente americano. Recibe varios premios como escritora y traductora, entre ellos: la Beca Guggenheim (1993); la Beca Trayectoria en las Artes de la Fundación Antorchas (1996); el Diploma al Mérito de la Fundación Konex (2004); el Premio Trayectoria en poesía del Fondo Nacional de las Artes (2007); el Premio Internacional de Poesía “Ciudad de Melilla”, España (2010); el Premio Nacional de Poesía (2011).

     En el año 2021, nos ofreció una entrevista en el programa radial “Conversando con Más Mujeres”. Nos decía sobre su viaje por América y, específicamente, en relación con su llegada a Estados Unidos:

     “No sabía ni una palabra en inglés, no sabía nada. Solo una canción de Bob Dylan, que me había aprendido de memoria. Caminaba detrás de la gente de color, porque ellos hablaban de una manera maravillosa y creo que el inglés que sé, lo aprendí en las fábricas donde trabajé con la gente de color, dónde éramos unas cuantas latinas y negras. 

     Hice de todo en Estados Unidos, hice muchas cosas, además de conocer al feminismo, además de conocer muchas cosas que fueron importantes en mi vida. También, trabajé con un carpintero irlandés que pintaba y arreglaba departamentos y que me mandaba a hacer las peores cosas, como sacar los revoques de las paredes y los techos con ácido muriático. Pero me encantaba trabajar con ese irlandés. Pero mientras trabajaba aprendía inglés y leía. Veía a las poetas de habla inglesa. Y, para entender mejor, intentaba traducirlas, y así fue como empecé a traducir.

     Vivía en la casa de unos ecuatorianos que me dieron abrigo y que me permitieron que me quedara, mientras yo colaboraba con ellos trabajando en una fábrica metalúrgica. Los fines de semana, me levantaba muy temprano para recorrer Nueva York, para ir a las librerías, a las lecturas de poesía, a los conciertos. Todo esto cuando Nueva York era sólo para nosotros, para los latinos, para los negros y para toda la gente peor del mundo, porque nosotros éramos los dueños de Nueva York que era sucia, fea, mala y, a la vez, preciosa.

     Yo creo que hice un antes y un después, a partir del viaje por América Latina, pero Estados Unidos contribuyó -sin la menor duda- a mi profundización acerca del feminismo, ya que no se hablaba, todavía, en América Latina. Había muy pocas mujeres con las que se podía charlar. Las bases teóricas del feminismo las aprendí en Estados Unidos, sin la menor duda. Recuerdo con profundo agradecimiento todos los libros que leí y las grandes manifestaciones populares en las que participé, donde se reunían quinientas mil, seiscientas mil personas en New York, por los derechos de la mujer. Entonces aparecieron las primeras músicas feministas, las poetas, las escritoras. Todo esto, a principios de la década del ´70.”

     Entre los libros publicados de la extensa obra de Diana Bellessi, están aquellos que he llegado a leer con profunda conmoción, entre los cuales puedo citar: “Fuerte como la muerte es el amor” y “Tener lo que se tiene. Poesía reunida”, publicado por Adriana Hidalgo y galardonado en el año 2009, con el Premio Fundación El Libro al mejor Libro Argentino de Creación Literaria de ese año. Este verano, en una de mis librerías preferidas de la costa uruguaya, me estaba esperando en primera fila: “Contéstame, baila mi danza”, Salta el Pez Ediciones, Buenos Aires, 2021. Se trata de una preciosa antología bilingüe de poetas norteamericanas seleccionadas y traducidas por Diana Bellessi. En el prólogo, “Género y Traducción”, ella escribe:

     “La tarea central de mi vida ha sido la escritura del poema. De los diversos trabajos que se desprenden de este núcleo central, podría reconocer tres: la enseñanza, la escritura reflexiva y la traducción. La traducción- y hablo estrictamente de la traducción de poesía- es quizás, la más próxima a la escritura del poema (…) Traducir poesía requiere, a la vez, la precisión de un oficio lentamente amasado en la práctica de los días de una vida entera (…) Esta tarea exige renuncias y elecciones duras de tomar, sentimientos de traición y, al mismo tiempo, dicha de la reconstrucción. Mimetismo y ruptura al mismo tiempo, es decir, un gesto casi imposible. Gesto madurado en larga convivencia previa, en una intimidad de almas donde todo lo pasa por lo escrito, esa carnalidad sonora que se posa en el silencio, esa secuencia de signos sobre el espacio vacío. El traductor, si tiene la posibilidad de elegir a quien lo hable para hacerlo hablar (…), si elige los textos repito, y no los fuerza a hablar- conflicto que tienen los traductores varones frente a los poemas escritos por mujeres-construye entonces una región que amplía y en la que insiste su vida entera. Bien, ¿cuál es la mía? En primer lugar la poesía norteamericana. Aún más: de poetas mujeres, y con un énfasis: contemporáneas de extrema artisticidad y al mismo tiempo “fuera de la ley”. ¿En qué sentido?, en su revisión del mundo cultural otorgado, en su esfuerzo por lograr la propia plena humanidad y el derecho de la humanidad de los otros, los que quedan fuera del margen demarcado por los centros visibles o invisibles de poder. Voces que creen en la modificación del mundo y de la vida personal, a través de diferentes vías de actuación en los momentos precisos, pero sosteniendo una ascesis central: la escritura del poema (…) voces “fuera de la ley” del discurso canonizado.

     La creación de una genealogía de escritoras, su descubrimiento y su lectura, es una vía fundamental para la constitución de aquel yo productor, tanto de lectora como de autora, así como su inserción posterior a una herencia más vasta que también, indudablemente, nos pertenece y nos constituye.”

Selección de Poetas y Poemas.

     Muriel Rukeyser (Nueva York 1913-1980). Autora de catorce libros de poemas, seis libros en prosa, entre ellos ensayos, biografías y una obra de teatro. Traductora de Bretch, Gunnar Ekelof, Octavio Paz. Cineasta de películas documentales en la década  del treinta, militante a favor de los derechos civiles de los Negros norteamericanos y el movimiento en contra de la guerra de Vietnam. Dice Diana Bellesi: “Recuerdo la tarde que leyó sus poemas en un café de la avenida Broadway y yo la escuchaba con dificultad, hasta que, como una granada en el aire de otoño dijo: – Contéstame. Baila mi danza-


Breaking Open (fragments)

     A dream remembered only in other dreams/ The voice saying:/All you dreaded as a child/Came to pass in storms of light;/All you dreaded as a girl/Falls and falls in avalanche-/Dread and the dream of love will make/ All that time and men may build,/All that women dance and make./The become you. Your own face/Dances through the night and day,/ Leading your body into this/Body-led dance, its mysteries./ Answer me. Dance my dance.


Abrirse Paso
(fragmentos)

     Un sueño recordado sólo en otros sueños./ La voz que dice:/ Todo lo que temiste como niña/ Sucedió en tormentas de luz;/ Todo lo que temiste como joven/ Cae y cae en avalancha/ El temor y el sueño de amor harán/ Todo lo que el tiempo y los hombres puedan construir,/ Todo lo que las mujeres hagan y bailen./ Se convierten en ti. Tu propia cara/ Baila el día y la noche entera,/ Guiando tu cuerpo en esta/ Danza guiada por el cuerpo, sus  misterios/ Contéstame. Baila mi danza.

      Mary Sarton (Bélgica 1912- Maine-1996) Autora de doce volúmenes de poesía, dieciséis novelas y cinco libros de diarios y reflexiones, entre los que se destacan el precioso Journal of Solitude y Worlds of Light. Dio lecturas frente a audiencias multitudinarias y sus libros fueron vastamente leídos, sin embargo nunca gozó de abordaje y respeto crítico en el establishment literario de su época, y es una  increíble pieza faltante en la mayoría de las antologías.

An Observation

     True gardeners cannot bear a glove/ Between the sure touch and the tender root,/ Must let their hands grow knotted as they move/ With a rough sensitivity about/ Under the earth, between the rock and shoot,/ Never to bruise or wound the hidden fruit./ And so I watched my mother´s hands grow scarred./ She who could heal the wouded planto or friend/ With the same vulnerable yet rigorous love;/ I minded once to see her beauty gnarled,/ But now her truth is given me t olive,/ As I learn for myself we must be hard/ Tom ove amoong the tender with and open hand,/ And to stay sensitive up  to the end/ Pay with some toughness for a gentle world.

Una Observación

     Los jardineros auténticos no usan guantes/ Entre el roce firme y la raíz tierna,/ Deben dejar sus manos anudarse mientras se mueven/ Con áspera sensibilidad/Bajo tierra, entre la roca y el retoño,/ Nunca magullar o herir la fruta oculta./ Vi así las manos de mi madre cubrirse en cicatrices./ Ella, que podía sanar al amigo o a la planta herida/ Con el mismo vulnerable pero riguroso amor;/ Una vez me inquietó ver su rugosa belleza,/ Pero ahora me es dada su verdad para vivir,/ Mientras aprendo a solas que debemos ser firmes/ Si queremos movernos en lo tierno con una mano abierta,/ Y seguir sensitivas hasta el fin se paga/ Con algo de dureza por un mundo gentil.

     Lucille Clifton (New York, 1936- Maryland, 2010) Con siete volúmenes de poesía publicados y un libro en prosa, pocos poetas logran como ella aunar en un pequeño cuerpo de palabras y silencios la grandeza de una tradición oral y popular con la sofisticación de la historia de la lengua escrita, haciendo lugar al gospel, al spiritual, al blues, a las texturas de un habla híbrida.(…) se leen los desacatos del cuerpo y la mente de una mujer subalterna -como mujer negra- que, negándose a aceptar esa condición, escribe apropiándose de todos los recursos de la cultura.  

 África

Home/ oh/ home/ the sould of your/ variety/ all of my bones/ remember
Hogar/ ah/ hogar/ todos mis huesos/ recuerdan/ el alma de tu/  variedad

     June Jordan (Harlem-Nueva York, 1936- Berkeley, 2022). Creció en los ghettos. No es extraño que su poesía lleve el sello de la opresión y la pobreza. No cesa de hablar o celebrar aquello que conoce: su infancia como una muchacha negra. Difícil y pobre resulta la traducción de esta poesía. Gran parte del fuego, el ritmo, los juegos verbales, se pierden. Es casi imposible recrear en castellano el particular uso del inglés que hace la gente Negra en Estados Unidos. June Jordan hace estallar el inglés contemporáneo, incorporando a él una tradición, un horizonte mítico y un riquísimo coloquialismo afroangloamericano.

Poem: Calling on All Silent Minorities

Hey/ C´Mon/ Come Out/ Wherever You Are/ We Need To Have This Meeting/ At This Tree/ Ain´Even Been/ Planted/ Yet.

Hey/ Vengan/ Salgan/ Donde Quieran Que Estén/ Tenemos Que Reunirnos/ En Este Árbol/ Que No Ha Sido/ Plantado/ Todavía.

     Irena Klepfisz (Gueto de Varsovia, 1941). Llegó a Nueva York a los ocho años. Como judía conoció en carne propia la persecución de los nazis. Su padre fue un héroe de la resistencia, su madre sobreviviente y heroína de la pobreza. Seca, intensa, espléndida. Una poesía sin ornato. Ritmo jadeante que deja al lector sin aliento.

     During the war/ ermans were known/ to pick up infants/ by their feet/ swing them through the air/ and smash their heads/ against plaster walls./ Somehow/ i managed/ to escape that fate.

     Durante la guerra/ se sabía que los alemanes/ agarraban a los niños/ de los pies/ los hamacaban en el aire/ y aplastaban sus cabezas/ contra las paredes/ de algún modo/ me arreglé/ para escapar de esta suerte.

Link de la entrevista completa a la escritora Diana Bellessi.

Mirta Salafia