En este nuevo libro, sobre el placer de leer y escribir, Elena Ferrante reúne tres conferencias sobre su proceso creativo encargadas por la Universidad de Bolonia y un breve ensayo sobre Dante escrito por iniciativa de la Asociación de Italianistas.

“Quien escribe no tiene nombre. Es pura sensibilidad que se alimenta de alfabeto y produce alfabeto en un flujo incontenible”, dice en su primera conferencia, La pena y la pluma, en donde reflexiona acerca de la escritura y la lectura en la infancia, sobre el acto de descifrar e interpretar el sentido de aquello que se ha convertido en letra, respecto de las dificultades de escribir y sobre la paciencia y la mágica coordinación de las que depende. Completan el libro Aguamarina seguido de Historias, yo y La costilla de Dante, en los que profundiza sobre la escritura auténtica (que define como un acto convulsivo), acerca del concepto de veracidad y escritura verdadera y sobre el provechoso descubrimiento de escribir en primera persona eliminando las distancias, confundiendo autora y personaje.

Además, revela algunas de las lecturas que la estimularon y que han colaborado en perfeccionar su estilo, escritores como Gaspara Stampa, Virginia Woolf, Samuel Beckett, Adriana Cavarero y Gertrude Stein, entre otros. Finalmente las cuestiones de género y el lugar de la mujer en la literatura encuentran su correlato en el papel de Beatriz Portinari de La Divina Comedia.

Elena Ferrante es el seudónimo de una escritora italiana de quien, aún, desconocemos su verdadera identidad; algunos creen que podría ser Anita Raja, traductora italiana y mujer del escritor Domenico Starnone.

La saga Dos amigas presentó un verdadero acontecimiento literario, compuesta por cuatro libros: La amiga estupenda (2011), Un mal nombre (2012), Las deudas del cuerpo (2013) y La niña perdida (2014). Narra la vida y la amistad de Lila y Lenù, dos niñas que crecen en un barrio pobre de Nápoles, a mediados del siglo pasado.

Los secretos, la traición y la fidelidad, la rivalidad y la envidia, la violencia doméstica, lo popular frente a lo académico, lo vulgar y lo sofisticado, el dialecto y el italiano, las raíces napolitanas frente a ciudades como Roma o Florencia, las cuestiones de clase, la política y la mafia son algunos de los temas del universo Ferrante. Se adentra en lo cotidiano a través de personajes que hablan una lengua coloquial y expresan sus miedos y angustias, sus celos y reproches, el abatimiento cargado de desesperación y el vacío de sentido de una forma sencilla, directa, pero con una dramática contundencia. El amor materno aparece en su total desmesura, el egoísmo paterno en su compleja torpeza, el deseo y los encuentros sexuales se mueven entre la grotesca insatisfacción de lo casual y la plenitud de las fantasías.

El flujo de conciencia de sus personajes nos permite cuestionar los vínculos que las mujeres tenemos como madres, hijas, amigas y amantes; examinar las infancias, las dificultades para conciliar la maternidad y la profesión, los vínculos familiares delineados por la culpa, las concesiones y por el permanente intento de fabricarnos una identidad.

Su obra incluye tres novelas breves editadas con anterioridad, El amor molesto, publicada en 1992, seguida de Los días del abandono, en 2002, y La hija oscura, editada en 2006. Sus últimos libros son La frantumaglia (2017), La invención ocasional (2019) y La vida mentirosa de los adultos (2020).

En el marco de una nueva edición de la Feria del Libro resulta oportuno recordar las palabras de Borges: “Yo creo que la originalidad es imposible. Uno puede variar muy ligeramente el pasado, apenas, cada escritor puede tener una nueva entonación, un nuevo matiz, pero nada más. Quizá cada generación esté escribiendo el mismo poema, volviendo a contar el mismo cuento, pero con una pequeña y preciosa diferencia de entonación, de voz, y basta con eso”.
Es aquella pequeña diferencia con la que Elena Ferrante consigue deslumbrarnos.

Gretel Bohoslavsky