“Sólo cuando estemos en lo real absoluto el arte no será ya más necesario”
PIET MONDRIAN
Piet Mondrian, nacido en una familia calvinista, como Pieter Cornelis Mondriaan, en Amersfoort, el 7 de marzo de 1872, fue un pintor vanguardista neerlandés.
Desde 1892 hasta 1908 estudió en la Academia Estatal de Ámsterdam. Comenzó su carrera como maestro de escuela primaria y mientras ejercía como tal, practicaba pintura. Estas pinturas representaban, mayoritariamente, escenas de los paisajes de Holanda, su país natal, con una paleta en las que predominan los colores malvas, grises y el verde oscuro.
Podemos citar algunas de sus obras iniciales donde se pueden observar estas características, realizadas durante los años 1898 y 1899: “Girl writing” (57 x 44,5 cm) en papel; “On the Land” (54,4 x 78,7cm) en gouache (palabra francesa con las que se designan los colores al agua que son opacas y fabricadas con pigmentos aglutinados con goma arábiga, a diferencia de la acuarela que es transparente, muchas veces se combinan ambas técnicas para poder utilizar el blanco que en acuarela no existe); “Village Church” (75 x 50cm) negro de carbón, pastel, lápiz, acuarela sobre papel; “Wood with Beech Trees” (45,5 x 57cm) gouache, acuarela sobre papel. Todas estas obras podríamos situarlas entre el impresionismo y el postimpresionismo.
A partir del 1900, comienza a utilizar el óleo sobre lienzo y combina paisajes y retratos, comprendidos en la utilización de las técnicas pictóricas, la composición y la paleta entre el post – impresionismo y el fauvismo. Podemos citar, “Retrato de una niña con flores”; “Autorretrato”; “Irrigation Ditch with Mature Willow”; “Along the Amstel”; “Evening landscape”; “Mill of Heeswijk Sun”; “Mill in Sunlight: The Winnkel Mill (114 x 87cm).
Su obra “El Manzano” pintado entre 1908 y 1910, se caracteriza por ubicar en un mismo plano fondo y figura, utilizando en una clara pincelada fovista las distintas tonalidades de azul y amarillo que provocan contraste y luz, dotando al manzano de una solemne oscuridad, todavía conservando las formas de la naturaleza y, a la vez, otorgándole una plasticidad donde pudiera no ser reconocido al manzano como tal.
En la obra “El Árbol Rojo”, pintada entre los mismos años que la obra anteriormente citada, muestra un árbol en rojo intenso y azul; se la considera la primera obra del artista como su primer paso hacia la pintura abstracta, a pesar que la misma, aún, conserva casi todas las características de su estilo tradicional.
Analizando estas obras podemos observar que el artista se va moviendo de un impresionismo inicial, pasando por el postimpresionismo hasta llegar al fauvismo por influencia de Jan Toorop (pintor neerlandés que se enmarca entre el simbolismo y el modernismo) y, en el plazo de una década (1898 – 1908) Mondrian fue modificando su pincelada, los reflejos sin formas determinadas, la carga de pigmento y modificando su paleta con la utilización de colores primarios como se muestra en el uso con intensidad del rojo y el azul, en las tres últimas obras mencionadas.
En el año 1911, dos hechos de muchísima importancia suceden en su trayectoria como artista: la exhibición de cubismo en Ámsterdam “Modern Kunstkring” y su mudanza a París, durante tres años. Allí elimina la segunda “a” de su apellido y comienza a ser Piet Mondrian. En sus obras comienza aparecer claramente la influencia de Picasso y Braque. Entre ellas podríamos citar “EL Árbol Gris” (78,5 x 107,5) pintado en 1911, óleo sobre lienzo donde los elementos de los planos se entremezclan y parecen indiferenciados, la paleta se simplifica y se restringe. El árbol comienza a producir una figura ovalada (nótese las medidas de la obra, más ancha que alta), figura que Mondrian sostendrá en los siguientes años. Del mismo año, pinta su obra “El Árbol Horizontal” (75,9 x 112,2cm), un árbol cuyas ramas se extienden horizontalmente dominando todo el ancho del lienzo. La paleta vuelve a ser limitada entre azules sin estridencias, grises y rojos sobre un fondo claro marcado por líneas geométricas. La figura del árbol se muestra notablemente simplificada. En el año 1912, pinta su obra “El Manzano en Flor”, donde las formas del árbol han perdido su materialidad, ya no existe la descripción del objeto y se observan elementos repetitivos en el conjunto de la obra. Las líneas son oscuras y la paleta que completa el movimiento de las líneas se conforma con la sutileza del verde, el rosa y los ocres que provocan en el espectador la secuencia óptica de un ritmo que se manifiesta como perfecto e idéntico.
Es muy interesante observar en esta serie desde “El Manzano” hasta el “Manzano en flor” el camino realizado por Piet Mondrian desde la figuración a la abstracción, pasando un tiempo breve, por el cubismo. Todas las obras citadas y analizadas nos llevan a reconocer su notable propósito de ir construyendo el conjunto de su obra (126 en total), en la íntima correspondencia entre sus ideas filosóficas y el conocimiento de los movimientos contemporáneos de la pintura, en una dirección clara hacia el arte abstracto. Fue miembro de De Stijl (El Estilo) y fundador del neoplasticismo junto con Theo van Doesburg, doctrina del arte puro que se funda en el uso de ángulos rectos horizontales y verticales, en los colores primarios y, en el blanco y en el negro (los no colores). Los primeros cuadros fueron ordenaciones geométricas de absoluta sencillez, llegando a obras posteriores como “Broad – Way”; “Boogie – Woogie” y “Victory Boogie – Woogie”, las cuales lo colocaron en el lugar más destacado de la pintura abstracta junto con los rusos Vasili Kandinski y Kasimir Málevich. Falleció en Nueva York, el 1 de febrero de 1944.
Nota: Las fotografías fueron tomadas en Les Carrières des Lumières donde cada año se presentan artistas diferentes. En el año 2023, el espectáculo de luz y sonido estuvo enmarcado en la maravillosa obra de Piet Mondrian. Este lugar pertenece a Le Baux -de- Provence, uno de los pueblos más bellos de la Provenza. El pueblo está situado en un promontorio rocoso en el corazón de los Alpilles que ofrece unas vistas excepcionales del valle, sus viñedos y olivares.
Mirta Salafia