Johann Friedrich Städel nació en Fráncfort del Meno en 1728. Su padre, Johann Daniel Städel, había llegado a Fráncfort desde Estrasburgo para dedicarse al comercio. Johann Friedrich siguió sus pasos, inicialmente dirigiendo el negocio de especias paterno en Grosser Kornmarkt, antes de abrir el suyo propio en Rossmarkt en 1784, a la edad de cincuenta y seis años. Además de especias y café, vendía pigmentos como el índigo y metales como barras de plomo. Con el tiempo, también se dedicó a las comisiones y a las transacciones bancarias que finalmente le allanaron el camino hacia la riqueza.
Städel sentía un gran interés por el arte. Ya en la década de 1760, comenzó a llenar su casa de pinturas, dibujos, grabados y esculturas de pequeño formato, la mayoría de las cuales adquirió en sus numerosos viajes. Si bien en pintura se centró en el Barroco alemán y holandés, sus intereses en el ámbito de los grabados y los dibujos fueron mucho más amplios: se propuso recopilar una visión completa de la historia del arte. Desde un principio, planeó dar acceso al público a sus fondos artísticos y formar y apoyar a artistas emergentes.
En su residencia, organizó exposiciones de arte y ofreció visitas guiadas privadas a personas interesadas. Johann Friedrich Städel falleció en Fráncfort del Meno en 1816. La versión final de su testamento, redactado el 15 de marzo de 1815, contiene una escritura de fundación. Este documento sentó las bases del Städelsches Kunstinstitut, nombre original del museo, ahora conocido mundialmente como Museo Städel.
En 1815, la fotografía, la máquina de escribir y la bicicleta aún no se habían inventado. Johann Wolfgang von Goethe escribió un poema sobre la hoja de ginkgo como símbolo de amor y amistad, y en el jardín botánico de Fráncfort, el Palmengarten, se plantó un haya cobriza que aún crece allí. Fue también en ese año que el banquero y comerciante de especias Johann Friedrich Städel de Fráncfort legó su céntrica casa en Rossmarkt, su colección de arte y libros y toda su fortuna a la fundación que lleva su nombre. En su testamento estipuló que, con efecto inmediato, el «Städelsches Kunstinstitut» se abriera a los habitantes de Fráncfort como museo y escuela de arte, la actual Städelschule. Para su instituto de arte, solo quería lo mejor: las obras «mediocres» de su colección, de unas quinientas pinturas se venderán, para recaudar fondos para otras «mejores, para que este Städelsches Kunstinstitut que se ha fundado sea un verdadero adorno para la ciudad y resulte también útil a sus ciudadanos”
Al redactar su testamento en 1815, Johann Friedrich Städel sentó las bases de la fundación museística más antigua de Alemania. En 2015, junto con los habitantes de Fráncfort, el Museo Städel celebró su bicentenario con varias exposiciones y proyectos magníficos. El aniversario también marcó el inicio de la Expansión Digital: hasta la fecha, el Städel ha seguido desarrollando ofertas digitales para enriquecer la visita al museo de forma entretenida y técnicamente innovadora, sin coste adicional. De este modo, el Museo Städel cumple su misión educativa, hacer que el arte sea accesible para todos.
Con una mirada retrospectiva a un pasado firmemente arraigado en la historia de Fráncfort, el Städel lleva al presente la visión de su fundador: hacer el museo accesible a todos. En los últimos años, ha realizado exposiciones, eventos y actividades para todos los grupos de visitantes.
El museo también ha invertido en medidas estructurales para garantizar su funcionamiento sostenible a todos los niveles: se ha restaurado la histórica fachada del río Meno, se han renovado el Departamento de Grabados y Dibujos, la Sala de Estudio, el Jardín con todas sus áreas verdes y se han plantado nuevas plantas. Las galerías de Maestros Antiguos y Modernos se han decorado con una nueva paleta de colores y se han equipado con un sistema de iluminación de bajo consumo. La guinda del pastel de su visita al museo es la nueva terraza para visitantes con sus espectaculares vistas del horizonte de Fráncfort. Estas numerosas mejoras se deben a la gran dedicación de los patrocinadores tanto privados como públicos, son ellos quienes hacen del Museo Städel uno de los museos de arte más exitoso de Alemania.
Sobre su colección
Hacia 1933 fueron confiscados 77 cuadros y 700 láminas calificados como «arte degenerado» por los nazis.
El Städel tiene 2.700 cuadros (de los que se exhiben 600) y una colección gráfica de 100.000 dibujos y láminas, así como 600 esculturas. Tiene unos 4000 m² de muestra y una biblioteca de 100.000 libros y 400 publicaciones periódicas. El Städel conserva pintura europea de siete siglos, comenzando a principios del siglo XIV y pasando por el Gótico Tardío, el Renacimiento, el Barroco y los siglos XIX y XX.
Sobresale la pintura italiana de los siglos XV y XVI, con obras de Sandro Botticelli, Andrea Mantegna, Giovanni Bellini, Bronzino, (Dama vestida de rojo) y un famoso retrato femenino, tradicionalmente identificado como Lucrecia Borgia.
Los primitivos flamencos destacan con la Madonna de Lucca de Jan van Eyck, la Madonna Médici de Rogier van der Weyden, La Verónica de Robert Campin y el bullicioso Ecce Homo de El Bosco.
El fondo del Renacimiento alemán incluye importantes originales de Lucas Cranach el Viejo (Venus), Albrecht Altdorfer, Hans Holbein el Joven y Hans Baldug Grien. De Durero existe una enorme colección de grabados, que habitualmente no se exponen para preservarlos de la luz.
El barroco holandés destaca con varios óleos de Rembrandt, como La ceguera de Sansón y David tocando el arpa ante Saúl. Otra obra maestra es El geógrafo de Vermeer; también se encuentran representados Frans Hals y Bartholomeus Breenbergh.
La colección de pintura y escultura no se limita a dichas épocas, y llega al impresionismo y las vanguardias del siglo XX con ejemplos, entre otros de Delacroix, Manet, Monet, Degas, Renoir, Max Beckmann, Ernst Ludwig Kirchner, Picasso, Franz Marc, Henri Matisse.
La gran colección de láminas y dibujos no está en la exposición permanente y se custodia en la primera planta del museo. Destaca el valiosísimo fondo de grabados de Durero, del que se mostró una selección (2007) en el Museo Guggenheim de Bilbao. Las obras sobre papel que no están permanentemente exhibidas pueden verse previa cita.
La galería tiene un departamento de conservación y restauración.
Se han seleccionado algunas obras de la colección permanente del Museo para ser compartidas en un breve video adjunto. Las obras responden a diferentes momentos de la historia del arte y pertenecen a los siguientes artistas: Johann Tischbein, Camille Pissarro, Edgar Degas, Auguste Renoir, Rudolf Jahns, Maximilian Klewer, Félix Vallotton, Henri Rosseau, Camille Corot, Lucas Cranach, Sandro Botticelli, Bartolomeo Veneto, Daniel Richter, Werner Büttner.
Mirta Salafia