Carla Elizabeth Witte Espenhagen nació en Leipzig, el 20 de mayo de 1889 y estudió artes plásticas en Berlín. Los primeros años de la República de Weimar (1918-1923) fueron especialmente difíciles. Es probable que en ese contexto haya decidido emigrar y buscar nuevos horizontes. Luego de pasar unos años en Asunción del Paraguay, llega a Montevideo en el año 1927 y en el año 1932, obtiene la ciudadanía uruguaya. Comienza su producción artística dentro del movimiento expresionista y pasa como todos los referentes del mismo, por sus diferentes etapas.

       Fue ilustradora de la Revista Pluma dirigida por Alberto Zum Felde y, se considera que tenía importantes influencias de la Bauhaus. Retrató a muchos artistas uruguayos contemporáneos como a Joaquín Torres García, en 1936. Su obra como pintora fue tan importante como su escultura, habiendo trabajado en equipo con Ernest Barlach. Algunas de sus obras integran el acervo del Museo Nacional de Artes Visuales pero la mayor cantidad de su producción se encuentra en el Museo Agustín Araujo en Treinta Tres, Uruguay.

       “La exhibición retrospectiva de Carla Witte es una colaboración entre el Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo y el Museo Agustín Araujo, dependiente de la Dirección de Cultura y Gobierno de Treinta y Tres. La muestra “Autenticidad Radical” reúne un total de 81 obras de diversas técnicas, entre ellas, dibujo, grabados, temperas, óleos y esculturas en bronce y madera que nunca antes fueron exhibidas al público. Entre las series se distinguen: las temperas características del post-impresionismo sobre su breve residencia en Paraguay; los magníficos retratos en pastel de personalidades y posibles allegados en Uruguay; un conjunto potente de desnudos en lápiz y grafito; algunos grabados que realizó para revistas importantes; una pequeña serie que rescata el espíritu del carnaval de los años treinta y una muestra de su gran talento como ilustradora gráfica para libros y pedidos comerciales.

       La presentación de Carla Witte colabora con la recuperación de la trayectoria de las mujeres que todavía no han ingresado en la memoria artística nacional. Hasta mediados del siglo XX, en Uruguay existió cierta resistencia a la plena participación femenina en los circuitos artísticos, por lo que muchas creadoras están escasamente representadas en los relatos y los acervos museísticos, sus obras se han deteriorado o perdido y sus biografías dependen de los datos que puedan encontrarse en la prensa de la época.

       Su retrospectiva también revaloriza las actitudes y formas artísticas marginales respecto a la corriente principal. Carla Witte era una mujer independiente, con una personalidad fuerte y definiciones personales no convencionales, que realizó un aporte artístico original en el marco de la modernidad. Con gran destreza técnica y versatilidad, ella incorporó pautas y principios estéticos que le permitieron exaltar la subjetividad de la experiencia humana frente al proceso de modernización y el carácter equilibrado y uniformado del paradigma cultural hegemónico.

       En sus distintas etapas, la obra de Carla Witte expresa una actitud estéticamente activa que denota preocupaciones existenciales sobre el presente  y las instituciones sociales del mundo burgués. También releva aspectos de una experiencia vital más allá de los estereotipos culturales. Algunos de sus trabajos presentan rasgos de un deseo transgresor que cuestiona las suposiciones establecidas sobre el género y la sexualidad, convocando al desarrollo de nuevas lecturas sobre las identidades e historias de la producción artística nacional.

       Aunque se desconocen sus motivos, para muchos artistas y emigrados de la época el suicidio representaba la posibilidad de un escape del caos, la pobreza y la depresión. En esos años, la vida cotidiana en Uruguay era difícil, especialmente para los inmigrantes arribados después de la Primera Guerra Mundial, carentes de medios económicos propios. El país había comenzado una fase de deterioro social, político y económico y la ley de inmigración indeseable había suscitado señales de xenofobia, que para los miembros de la colectividad alemana empeoraron tras la Batalla del Río de la Plata y la recalada del Admiral Graf Spee en el puerto de Montevideo. Es posible que la certeza de la derrota de Alemania haya sido otro desencadenante. La prensa uruguaya mostraba el horror de los acontecimientos y, a partir de 1943, el comienzo de la indefectible derrota del Eje. Carla Witte fue entonces un testigo a la distancia de la desaparición del mundo tal como la había conocido. Puso fin a su vida, el 8 de mayo de 1943. Sus restos descansan en el Cementerio Británico de Montevideo.”

Mirta Salafia